Hace unos días me encontraba en mi oficina cuando mi sobrino de 8 años se encontraba de visita, y curioseando se encontró con un artefacto que para el era nuevo y desconocido: la maquina de escribir. Después de minutos, en las cuales traté de darle una explicación lo más tecnológica posible, para explicarle la causa por la cual los mayores usábamos ese tipo de artilugios, sucumbí ante la idea de que tanto mi sobrino, como mi hijo, son de una generación que posiblemente, no conozcan alguna tecnología que para nosotros los adultos fueron cosa común y corriente.
Recuerdo en mi lejana infancia el uso de las calculadoras y maquinas mecánicas, que posiblemente ahora sean pieza de museo. El uso de estilógrafos que eran una especie de plumas empleadas para hacer trazos y planos; ahora usamos la computadora y plotters. En los viejos tiempos de la Miguel Alemán, allá por los ochenta, eran muchas las leyendas urbanas que se tejían alrededor de las copias al carbón de los dichosos mimeógrafos, en los cuales se imprimían los exámenes de aquella época, estos aparatos han dejado su lugar a las copiadoras e impresora láser.
Pac Man y Space Invader eran motivo de largas tardes de estudiantes secundaríanos, que según esto se reunían a hacer tarea por equipo, en la casa de los Riveroll. Obviamente no sólo los videojuegos, eran el motivo de las reuniones. Gracias a Dios, podíamos platicar en la mesa del estudio sobre los espectaculares artefactos empleados en la última película de James Bond, y no estar pegado a una computadora chateando. Bond, James Bond era una avanzado.
Son inmemoriales los momentos, minutos, horas e incluso días que pasábamos en la Universidad esperado que los centros de procesamiento de cómputo, realizaran los procesos en Fortran y Cobol y en la cual se obtenían resultados que ahora tenemos casi en minutos o segundos. Pero claro, era un buen pretexto para afianzar algunas amistades.
Tal vez mi hijo, no conozca nunca los discos de vinilo, casetes, videocasetes y diskettes ahora sustituidos por los cd´s, dvd´s y memorias usb. Menos los famosos walkman de Sony, donde únicamente podíamos oír 12 canciones ahora el IPOD de Apple o cualquier reproductor de mp3 o mp4 puede almacenar la friolera de diez mil canciones.
Y como diría la frase “que tiempos aquellos Sr. Don Simón”. Ya que es interesante como la tecnología ha evolucionado, y lastima que muchas de esas cosas mi hijo nos la verá.
Ariculo que aparecerá en marzo en la revista Encuentro de Coatzacoalcos
